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  • Foto del escritorBendita Crianza

¿Vivo o sobrevivo?

Actualizado: 19 jun 2019

La sobreexigencia de “ser mujer”

Más de alguna vez he sentido, pese a poner todo mi mejor esfuerzo, que no cumplo con mis estándares o exigencias de ser esa madre, pareja, amiga, hija que quisiera… y cuando me doy cuenta de esos pensamientos, reflexiono: ¡ah, parece que me he desconectado “de mi”, y estoy en modo automático, otra vez!




Se escucha hasta divertido e irrisorio, pero qué tan a la mano tenemos esa consciencia de vivir en “presencia” diaria. Estamos desconectadas de nosotras mismas, de nuestros anhelos, sueños, y cumpliendo tantos roles al 200% que nos olvidamos que la vida es para vivirla y no para sobrevivirla…

Los síntomas

Conjugamos tan a menudo los verbos deber y tener que estamos dejando en el olvido, quiero, anhelo, me gustaría. Todo desde la tarea, del deber ser, de hacerlo perfecto con los estándares y paradigmas que hemos incorporado.

Bueno déjame decirte que esa es una respuesta de perdernos o descentrarnos. Pero hay solución, lo primero es darnos cuenta que eso está sucediéndonos… ¿Te ha sucedido, te está pasando?

En mi caso y en concreto, empezaba a sentir como si no era yo. Se apoderaba de mi un gremlin que ni yo quería estar cerca. Aparecían mis enojos y las ansiedades, traducidas en las enormes ganas de comer cosas dulces o grasosas. Mussolini irrumpía en mi hogar y empezaba a exigirles cosas a mis pequeñ@s que ni ellos entendían, y me frustraba porque le daba más relevancia a lo no importante , súmale a ello que me como una olla a presión e iba poniéndome, más y más, de mal humor.

Bueno, de eso, hace un tiempo. Me acuerdo como me cansaba, al punto que quedaba agotaba o me enfermaba, y ahí recién me detenía…

Tómate un respiro y conecta



Hoy, ya no llego a ese punto, cuando empiezo a ponerme de malhumor, o me siento incómoda por “algo”, hago silencio (si te es muy difícil bueno ahora incluso existen aplicaciones que te avisan “pausa” jajajajaja …) y pongo las manos en mi corazón un momento, lo escucho, y puedo discernir: ¿qué quiero?, ¿qué me frustra?,¿Por qué me estoy enojando?

Eso para mi es vivir en presencia y me funciona. Descubrí el placer en lo cotidiano, en lo que hago y como lo hago. El disfrute me ha conectado con mi ser esencial. Por ende el amor propio ha aumentado, mis exigencias han bajado, mis ansias y angustias también. La solución fue decidir ser coherente conmigo y no con las exigencias del ½ o de los demás. Y no te lo voy a negar, es duro, porque muchas veces, no coincidimos con el estándar “definido para ciertas situaciones”.

Pero sabes, he descubierto que meditar me hace bien, a cualquier hora del día. Alineo mis chakras, respiro profundo, hago visualizaciones de lo que necesito. A veces me pongo los audífonos, otras no, pero prendo una vela, mi incienso y escucho meditaciones guiadas, las hay miles, de 5, 10, 15 hasta 30 minutos…. Y eso me ayuda a dejar de lado esas exigencias, los estándares de lo que debería ser y solo me centro en ser … si, en SER. Y soy feliz, libre y viva.

Todo es un proceso, no lo hice de la noche a la mañana, tampoco ha sido fácil, como te comenté. Elegir ser consciente diariamente cuesta, pero te garantizo que vale la pena y lo mejor de todo es estás a tiempo para comenzar…






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